jueves, 26 de julio de 2007

Llora si te la aguantas

Las noches en los pueblos son tranquilas y mas las noches de invierno, las noches de invierno de los pueblos son muy tranquilas y muy oscuras, son tranquilas por que quien va a ser el loco que asome la nariz a las dos de la mañana con el frió que hace.
Estas noches son especiales para que algún hermano mayor, algún primo, o algún allegado les cuenten a los niños inquietos alguna que otra historia para asustarlos un poco, y así en Máximo Paz como en la mayoría de los pueblos se escuchan historias de “la luz mala”, de “el chancho con cadenas”, “de Lita de Lazzari”, “de la llorona”, de algún recinto preferentemente embrujado de la zona, de algún mito localista como “el fantasma del Parque Español” (pero mejor esa se las cuento otro día).
Las noches de invierno son tranquilas y son perfectas para la aparición, de estos seres de ultratumba, y así es cada cierta cantidad de tiempo aproximadamente unos 7 años en mi pueblo (como en todos los pueblos) aparece algún tipo de espectro o aparición que hace de las suyas por un corto tiempo (semanita, semanita y media).
Las brujas locales hilvanaron una complicada red de superstición, debido a la curiosa periodicidad del caso, una de las mas difundidas, es que Máximo Paz esta situado en la precisa puerta de los infiernos, y una vez cada siete años sale uno de estos seres de ultratumba a buscar alimento suficiente para siete años de hibernación para el y sus hermanos. Y como en todo buen pueblo, si lo dicen las brujas seguro que es cierto (en este punto de la historia saltan todos los que son de algún pueblo y dicen que es una calumnia que nadie le hace caso a las brujas y yo pregunto ¿Cómo se cura la culebrilla? ¿Quién te cura el empacho? ¿Qué carajo es el empacho?).
Y así es como a mediado de 1999 mi pueblo fue asolado por la Llorona una señora mayor de aspecto demacrado con un traje como de bodas viejo sucio y apolillado y clamando constantemente por sus hijos.Las victimas preferidas de la llorona, son los niños, justamente por que ella lo que busca son sus pequeños.Así día tras día se iban conociendo casos de ataques de la llorona, por suerte sin victimas fatales, las primeras fueron dos jovencitas que huyeron rápidamente en una motocicleta, luego gente mayor pero lo importante es que todos huyeron. La paranoia invadió todas las casas, y afecto el natural flujo de la vida paceña.
Un día reunido con unos amigos cansados de escuchar noticias de la llorona, decidimos solucionar el problema.Existe un particular ritual para ahuyentar a estos espectros, no es complejo, pero requiere de gente muy valiente para ser llevados a cabo, y como en estos casos lo que escasea es la valentía, bueno siempre se demoran.Se deben cumplimentar los siguientes pasos:Primero: se necesita un grupo de valientes, esos éramos nosotros.
Segundo: un buen asado, no se puede cazar demonios con el estomago vació.
Tercero: el asado se acompaña con vino, las propiedades etílicas del vino inhiben el temor.
Cuarto: Vehículos, preferentemente chatas sin cúpula para el rápido descenso. Este punto puede variar en el caso que el espectro se encuentre en algún recinto puntual. En el caso de la llorona son fundamentales los vehículos ya que esta atacaba en una amplia zona.
Quinto: armamento adecuado. Por pedido expreso mío y de uno de mis compañeros esta vez la cacería se hizo sin armas de fuego.
Teníamos todo listo, así que nos sentamos a la mesa a disfrutar de la cena, sabíamos que podía ser la ultima, comimos, bebimos, y nos reímos como nunca, como soldados la noche anterior a una misión suicida, y después, llegando las 12 de la noche, la hora que los muertos caminan, tomamos el armamento montamos nuestros vehículos y al grito de “Matemos a la llorona” salimos de cacería.
Todos sabíamos nuestras ordenes a la perfección, la estrategia era sencilla, la buscamos, la acorralamos, y la cagamos a puñetes.Buscamos casi toda la noche si tener resultados, regresamos ilesos pero no victoriosos.Dicen algunos que otro grupo de valientes la enfrento, y que la llorona se los llevo a todos con ella, consiguiendo alimento suficiente para otros 7 años de letargo, otros dicen que la llorona se entero de nuestros planes y prefirió continuar sus andanzas en Alcorta un pueblo vecino, la verdad no me interesa, los mas escépticos afirman que era una señora mayor que no tenia nada mejor que hacer, lo único que en este momento me importa es que de esto pasaron casi 7 años, el comando especial anti-llorona esta listo, esta vez esa hija de puta no se nos escapa.


Nota: Cuento publicado en el blog Pueblo a Pueblo del diario clarín y en la edición impresa del mismo diario, con las correciones pertinentes para que los dichos no alteren el buen gusto de los lectores ... A mi me gusta mas con las putiadas.

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